¡Hola a todos!
Estoy encantada de tener la oportunidad de poder comunicarme con vosotros.
Pienso que muchas veces, nuestra manera de relacionarnos puede llegar a ser bastante impersonal, ya que la mayoría de nuestras interacciones las realizamos a través de la red, así que he pensado en escribiros una carta como las de antes para poder transmitiros mi saludo.
No nos conocemos de nada pero sé que si me dais la oportunidad, y seguís leyendo hasta el final, tendréis una percepción muy positiva de lo que puede llegar a ser una terapia psicológica.
Creo que la mayoría de nosotros estaremos de acuerdo en que acudir por primera vez al psicólogo supone realizar un gran esfuerzo y, que muchas veces, la experiencia puede no resultar agradable.
La acción de coger el teléfono y pedir una cita con un terapeuta no es nada fácil, porque significa admitir que tenemos dificultades en nuestra vida cotidiana y necesitamos ayuda.
Si a este factor le añadimos que además, debemos realizar un acto de fe al tener que explicarle a un extraño nuestros problemas, emociones y pensamientos más íntimos, la sensación de vulnerabilidad que podemos llegar a experimentar puede magnificarse.
Cuando nos encontramos mal física y emocionalmente, tenemos la sensación de que la vida continúa para los demás, pero que nosotros nos hemos quedado parados e imposibilitados para seguirles el ritmo. Nos sentimos incapaces de vivir y sentir, y estos sentimientos se convierten en una especie de veneno que va minando nuestra autoestima, no confiamos en nosotros mismos y tenemos la sensación de que perdemos el control.
Cuando nos ocurre esto, debemos ser valientes y aceptar que, con ayuda, podemos salir del agujero en el que nos encontramos, porque son en estos momentos, cuando las personas tenemos más necesidad de establecer lazos de comunicación y de apoyo.
Es por ello, que en mi consulta pretendo crear un espacio íntimo y privado en el que el cuestionamiento y la crítica no existan, y donde se cree un clima de confianza y cooperación en el que sea posible hablar sobre cualquier tema y seamos libres para dar rienda suelta a todo aquello que no somos capaces de exteriorizar.
Si algún día os decidís acudir a consulta, comprobareis que, aunque los comienzos, a veces, no son fáciles, siempre podemos superar aquello que en momentos difíciles nos parece imposible.
Os espero
Neus Jurado Santacruz